Correr tiene que ver con la progresión. Se trata de evolucionar hacia la versión definitiva de nosotros mismos, el corredor definitivo. Tal vez alguien comience a correr en una cinta, pero eventualmente la monotonía de la cinta se desgasta. El siguiente paso lógico es el camino, y una vez que el camino deja de ser un desafío, el siguiente es el sendero. Así se produce la evolución del corredor, un pie y una zancada a la vez. No sorprende entonces que con cada pico se haga visible un nuevo pico, y esta evolución se aplica también a las carreras.
Vemos esta evolución con el tipo de carreras o competiciones que han llegado a existir. Puede que las carreras en ruta y los maratones sigan siendo la norma, pero fueron simplemente la primera fase de la progresión. Las carreras de trail o cross country se materializaron como una forma de añadir un desafío adicional a los corredores incorporando terreno y obstáculos naturales. Ya no se trataba de correr por superficies pavimentadas uniformemente, sino por senderos rocosos que ofrecen algo diferente en cada paso del camino.
Pero nuevamente, el deseo de progresar y aumentar el desafío ha llevado a la tendencia cada vez mayor de los ultramaratones. Estas carreras no sólo obligan a los participantes a competir durante días enteros, sino que a menudo los llevan en viajes de más de 100 millas a través de algunos de los terrenos y condiciones más difíciles del mundo. Es la prueba definitiva de desgaste, fuerza de voluntad, determinación y acondicionamiento físico. Muchos de los ultramaratones más difíciles son en realidad autosuficientes, lo que significa que los participantes también deben tener experiencia en supervivencia, ya que su ingesta calórica e hidratación dependen de ese conjunto de habilidades.
Si bien la tendencia de los ultramaratones tiene raíces que se remontan a la década de 1970, el interés en estos eventos ha crecido exponencialmente desde entonces. Para algunos de los puristas o ultramaratonistas de la vieja escuela, este aumento de popularidad ha llevado a diluir lo que alguna vez fue el verdadero desafío personal de aptitud física y mental. Sin embargo, a pesar de algunas ultramaratones que podrían ser más complacientes, todavía hay muchas que exigen mucho a sus participantes, muchos de los cuales no terminarán.
Uno de los ultramaratones originales, Badwater, es único porque es una carrera sin escalas que comienza a 280 pies bajo el nivel del mar en Badwater Basin en Death Valley y termina en Mount Whitney después de un total de 13,000 pies en cambios de elevación. También tiene lugar en julio, el mes más caluroso del año, en el lugar más caluroso de Estados Unidos. Los corredores deben presentar una solicitud y ser aprobado para poder participar en lo que seguramente es una de las pruebas de resistencia física y mental más locas del mundo. No es para los mansos o los aficionados. Es esencialmente el Super Bowl de la carrera, y hasta que alguien descubra una nueva forma de correr a pie, es la cima de la evolución en lo que respecta a la carrera competitiva.
Si ha llegado al punto en el que los maratones o carreras estándar simplemente no funcionan, no dude en ver nueve de los ultramaratones más intensos del mundo en https://www.outsideonline.com/1856916/9-toughest -ultramaratones
Si aún no has llegado a ese punto, sigue trabajando y sigue evolucionando. Después de todo, correr se trata de avanzar, y si no avanzas, entonces no estás corriendo.